El mantenimiento preventivo de equipos de cómputo no solo alarga su vida útil, sino que optimiza el rendimiento: al eliminar el polvo acumulado en componentes críticos (como ventiladores, disipadores y circuitos), se previene el sobrecalentamiento y fallas prematuras.
Además, una limpieza regular de periféricos como teclados y monitores mejora la higiene y funcionalidad, reduciendo riesgos de mal contacto o daños por acumulación de partículas.